Nuestra historia de amor comenzó a finales de septiembre de 2022, pero en realidad empezó muchos años antes.
Ana y yo nos conocimos en el mismo lugar donde trabajábamos, y después de algunos roces y saludos en los pasillos, nos presentó un amigo común. Desde entonces, nos cruzábamos y charlábamos un poco, pero siempre respetándonos mutuamente y manteniendo una relación platónica.
Luego llegó la pandemia y la vida nos llevó por derroteros distintos. Sin embargo, siempre nos encontrábamos en ciertos eventos con compañeros de trabajo, conocidos y amigos.
Hasta que en una ocasión, ambos estábamos en un momento en el que Dios nos dijo a cada uno: «Estás preparado», y volvimos a encontrarnos inesperadamente en una reunión de Happy Hour de nuestro antiguo lugar de trabajo. Nos pusimos al día con la vida, y la invité a unirse a nosotros para una noche con algunos amigos. Aceptó a regañadientes, y a la noche siguiente salimos en grupo a cenar y luego a escuchar y bailar un poco de música en directo en las cercanías. Fue entonces cuando nuestro encuentro no sería pasajero, ya que un beso marcaría el inicio de nuestra bonita relación.
Desde aquel memorable beso, hemos vivido nuestras propias aventuras en diferentes lugares de Florida y del extranjero, y nuestro amor se ha hecho cada vez más fuerte con el paso de los años, hasta el punto de que decidí sellar nuestro amor con la promesa de hacer de esta hermosa mujer mi esposa, y de mí, su marido, para el resto de nuestras vidas.